Copenhagen Fashion Week SS26: moda con causa
En Copenhague, la moda no solo se luce: se defiende. Lo que hace unos años era un evento alternativo para fanáticas del estilo escandinavo, hoy es una de las fashion weeks más influyentes del calendario. Y lo es, en gran parte, porque no basta con mostrar colecciones lindas: aquí la sustentabilidad no es un accesorio, es un requisito para subir a la pasarela. Las reglas son claras y sin margen de “greenwashing”: al menos la mitad de cada colección debe estar hecha con materiales reciclados, orgánicos certificados, regenerados o de bajo impacto. Hay que demostrar trazabilidad completa, garantizar condiciones laborales dignas y sumar prácticas circulares como el upcycling o el uso de telas sobrantes. Y no es solo el producto: los desfiles también cumplen estándares, desde escenografías reutilizables hasta la eliminación del plástico de un solo uso. Si una marca no cumple, queda afuera. Así de simple.
En esta edición, CPHFW siguió abriendo espacio a nuevos talentos a través de su programa NEWTALENT, y experimentó con formatos que iban desde desfiles tradicionales hasta presentaciones íntimas. Todo con un espíritu cada vez más internacional, pero sin perder esa estética minimalista y cool que es marca registrada de la ciudad.
Las tendencias que nos llevamos de Copenhague
1. Casquette
El accesorio más inesperado del verano. Directo desde los años 20 y 50, este sombrerito estructurado aporta un aire cinematográfico y elegante, perfecto para equilibrar siluetas fluidas o voluminosas. Funciona con vestidos lenceros, camisas masculinas, trajes minimalistas o incluso looks boho. En OpéraSport lo vimos como toque final de estilismos relajados pero ultra cuidados.
2. Sandalias tipo chancla
Lo que antes era beachwear, ahora pisa fuerte en la ciudad. Desde modelos clásicos en negro hasta versiones con charms (hola, Gimaguas x Havaianas), las chanclas se colaron en outfits elevados, incluso en ocasiones donde antes serían impensadas. Ganni y las calles de Copenhague confirmaron que son la comodidad hecha tendencia.
3. Lunares
Clásicos, sí, pero renovados. En vestidos camiseros, faldas evasé o kimonos, el lunar combina nostalgia y modernidad. El blanco y negro sigue reinando, aunque las versiones en pastel traen luz a los looks veraniegos. Las danesas los mezclaron sin miedo con rayas, flores e incluso animal print.
4. Rayas reinventadas
Olvidate del uniforme marinero: este verano las rayas son XL, multicolor, asimétricas y con cortes inesperados. Se usan en vestidos, faldas fluidas, pantalones anchos o accesorios, y funcionan como base para mezclar prints o para aportar estructura a conjuntos relajados.
5. Flores XXL
Los estampados florales nunca se fueron, pero ahora florecen en 3D. Vimos faldas con apliques, camisas con detalles florales y crop tops con textura. Una tendencia que aporta volumen y romanticismo a cualquier look.
6. Encaje
Ligero, delicado y siempre un poco sugerente. El encaje se usó en vestidos, blusas, pantalones y tops, muchas veces contrastado con denim o piezas más masculinas para equilibrar el look. Perfecto para el día y la noche.
7. Pañuelos
De accesorio tímido a protagonista absoluto. Atado a la cadera tipo pareo, en la cabeza para un aire bohemio-artístico o incluso reinterpretado como top improvisado, el pañuelo suma personalidad y un toque despreocupado que es pura vibra veraniega.
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